Noah
martes, febrero 6th, 2007La conocí en Bremen el pasado fin de semana, en una aburrida exposición de arte. Viviría eternamente haciéndole fotos. Se llama Noah.
Es o no es maravillosa?
La conocí en Bremen el pasado fin de semana, en una aburrida exposición de arte. Viviría eternamente haciéndole fotos. Se llama Noah.
Es o no es maravillosa?
En St Pauli las prostitutas se visten con trajes de ir a la nieve, así que cuando sales por la noche por el barrio rojo, está la gente y están ellas. Esperando, en la calle, bien abrigaditas y bien reconocibles, que por eso se hace, para que se las reconozca. Llevan gorros de lana con pompones y botas enormes, muy cómodas, como las que se usan cuando vas a esquiar y luego vas a tomar algo y te quitas los esquis y descansas. Digo yo, vaya, porque lo de esquiar nunca me llamó mucho la atención, yo soy más de playa. Así que allí están ellas, nada de tacones incomodísimos, ni de minifaldas para pasar frío.
En St Pauli hay un monton de tiendas de sexo, algunas más cutres, pero con mucho encanto, otras más pijas. Hay una que el sábado por la noche es como una discoteca. Hasta hay que pagar entrada, un euro, aunque te regalan un condón. Tiene varios pisos y hay de todo, es un paraíso. Hay millones de distintos tipos de dildos. El que más me gustó fue uno negro, anal, pequeño y con plumas negras y rojas en un extremo. Tan suaves. Hay una zona SM en la que venden jaulas donde encerrar a personas. Había una con forma de concha. Y otra que era como la de un periquito pero de tamaño humano. Y un montón de ropa. Corsés, máscaras, latex… Y un probador negro donde podías probártelo todo. Y hacerte fotos.