Hambrienta, pero no de comida

clarice
«Ella sabía lo que era el deseo, aunque no supiese que lo sabía. Era así: estaba hambrienta pero no de comida, era un gusto algo doloroso que subía desde el bajo vientre y le alborotaba los pezones y los brazos vacíos de abrazos. Se volvía dramática y le dolía vivir. Entonces se ponía un poco nerviosa, y Gloria le daba agua con azucar.»

Clarice Lispector en La hora de la estrella o La culpa es mía o Que ella se apañe o El derecho al grito o En cuanto al futuro o Ella no sabe gritar o Yo no puedo hacer nada o Registro de los hechos precedentes o salida discreta por la puerta del fondo o cualquiera de los títulos que la autora barajó para esta novela que empieza y acaba con un sí, eligiendo finalmente La hora de la estrella.

El descubrimiento literario del verano. Gracias Carolina.

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