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de piernas abiertas

miércoles, junio 29th, 2005

ajo

Hay tantas maneras de violarnos.
Y tantas maneras de reaccionar ante la agresión.
Cuando yo era pequeña, leía Ragazza. De ahí pasé al Cosmopolitan. Afortunadamente el paso siguiente no fue Elle, Telva o demás. Acudí al instituto de la mujer. Por aquel entonces buscaba consejos y pistas sobre la vida. Menuda ayuda. Uno de los temas que me interesaban mas era el de qué hacer ante una violación. Qué tontas parecen ahora mis investigaciones! Sobre todo, qué inocentes. Toda esa búsqueda a nivel teórico, cuando lo que de verdad me habría servido hubiera sido aprender más sobre violencia a nivel práctico.

Me pasé mi infancia leyendo y dibujando sola. Nunca jugué mucho, fui una niña miedosa y la actividad física vino en la adolescencia, con la asignatura de educación física. Pero nunca me gustaron los deportes de equipo, sólo me interesaron los deportes de resistencia en solitario: natación, bici, correr. Nadie me enseñó a pelear y yo tampoco aprendí sola. Esto sí que me hubiera servido. Y no los folletitos del instituto de la mujer.

Y sucedió: Salí por la noche, con una chica a la que acababa de conocer esa misma tarde.
Conocemos a dos tipos, los dos son muy altos, uno muy delgado y el otro enorme, un poco gordo. Nos invitan a comer en su casa y luego nos vamos de fiesta por ahí con ellos. Bebemos mucho. Un taxi de vuelta a casa. Yo indico la dirección de mi hotel al taxista, pero el gordo grita la suya y el taxista le hace caso a él. Llegamos a la casa.
Tal vez deba añadir que era mi primera noche en una ciudad desconocida, en un pais nuevo para mi, que estaba sola y que tenia 20 años.
Llegamos a la casa. El delgado se va con la chica y yo me quedo sola con el grandote. Mas tarde ella me contó que él la acompañó al hotel.
Yo me quedo sola alli con él y sé lo que va a pasar. No escapo corriendo. No hay luz en las calles, no sé en que parte de la ciudad estoy. Borracha y confundida. Intento irme, no me deja. Violencia física. Le recuerdo enorme. Y yo mido un metro 80. Me mete a empujones en una habitacion y cierra la puerta con llave. Me tira encima de la cama. Sé lo que va a pasar. Todo el mundo lo sabe. Yo lo sé. Tu lo sabes. Él lo sabe. Pienso en tres cosas: sida, embarazo, dolor físico. Si hasta el momento mi actitud era de esistencia y lagrimeo, cambio radicalmente. Me dije a mi misma: Venga, baby, solo es un tio mas, una polla mas. Fóllatelo, que no te folle él a ti. Que no se corra dentro, que no te haga daño. Que no te deje embarazada, que no te contagie una enfermedad.

Así que me puse a follar con toda mi buena voluntad, con todas mis ganas.Me puse sobre él. Le follé.Le convencí para que se pusiera un condón, un rato. Y me concentré tanto en el asunto, que hasta me corrí. Uno de estos orgasmos que libera tensión, nervios. Uno de estos orgasmos inexplicables. Expliqueselo usted al señor juez.

Cuando por fin terminó, lloré un monton. Cuando por fin llegué a mi hotel, escribi lo que había pasado. Y me fui a la embajada española a por la pastilla del día siguiente para no quedarme embarazada. Me preguntaron si era vigen. Me dijeron que no era una violación porque yo no era virgen. Me dieron un calmante. Dormí 24 horas en mi cama del hotel.
Me quedaban 4 semanas en la isla. Sali a la calle. En todas esas revistas horribles habia leído historias truculentas de mujeres viololadas incapaces de disfrutar de nuevo de su cuerpo. Pensé que yo no quería que me pasara eso. Decidí follar de nuevo lo mas pronto posible para olvidar el incidente. Esa noche conocí a tres amigos. Ella era lesbiana, decía. Ellos dos, bisexuales, decian. Esa noche follamos los cuatro. Fue el principio de una gran amistad, me enseñaron su ciudad y me hicieron reir mucho. Follé mucho con ellos y con todos sus amigos. Bebía mucho, por las mañanas no recordaba nada. Paseabamos por la ciudad y me saludaba gente que yo no conocía, pero que por lo visto había estado follando la noche anterior. Me follaba a todo dios.

Y paro ya, porque no voy a contaros mi vida hoy aqui. Yo solo quería hablar del orgasmo de mi violación, pense que a alguien podría servirle. Ya ves. Tenemos tantas historias que contar.

Todas las tardes llueve en La Habana. Una lluvia fina y silenciosa, que alivia el calor del dia y te refresca para pasar la noche.

de piernas abiertas #1
(fanzine en portugues y castellano editado en barcelona)
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