Das paradies experiment
domingo, enero 28th, 2007Yo ya entraba decepcionada a la obra. Porque la última que vi de Roger Bernat fue Tot és perfecte y me gustó tanto, que me parece imposible que otra pieza pueda nunca volverme a gustar tanto. Como cuando rompes con el amor de tu vida y te parece que nunca vas a enamorarte así de nuevo. Y así es. Aunque claro luego la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay, ay. Pero volvamos a Das paradies experiment. Me gusta que el nombre esté en alemán, sobre todo teniendo en cuenta que he venido de Berlin a Barcelona por un fin de semana sólo para ver la pieza. Es lo menos que Roger podía hacer por mí.
Yo en Berlin es como si me hubiera muerto y me hubiera despertado en el paraíso. Todo me parece maravilloso allí, cuanto más nieva, más me gusta. Cuanto más alemán me hablan, más disfruto. Así que yo misma estoy en mi propio Paradies Experiment.
Dicen que la pieza va de la transexualidad y ellos querían hablar de ese tema al final de la pieza. Vero, Margalida y Roger con pelucas rubias. Pero es que nosotros estamos hartos de asambleas, como muy bien apuntó Jokim y de todas formas para mí la pieza iba de otra cosa. Y estoy en mi derecho, digo yo. Vero y Margalida se dedicaban durante una hora y media o dos tal vez, a hablar de su vida, de sus recuerdos. Algunos de ellos significativos, otros banales. «Recuerdo una vez…» repetían una y otra vez.
Al acabar la pieza pidieron la participación del público y yo quise recordar también:
«Recuerdo una vez cuando era pequeña, llegué a casa del colegio y le dije a mi madre que me gustaría ir a un internado, y llevar uniforme y entonces ella me dio una bofetada.» Todavía me duele.
Toda la pieza era una acumulación de recuerdos de una vida. Ellas estaban en esta habitación desordanada, escuchando música, revolcándose en la cama, jugando, mientras tú repasabas tu vida con ellas. Hubiera sido bonito que todo el mundo se hubiera puesto a contar sus recuerdos. Yo creo que todos tenían ganas.
La última canción era un tema clásico de Green Day o algún grupo que se llama parecido, esa canción que bailábamos todas ciegas cuando teníamos 16 años. Cuando sonó esa canción me eché a llorar desconsoladamente. Y cuando paré, sonaron los últimos acordes de la canción y se apagaron las luces. La pieza había acabado. Yo no tengo ni idea de teatro, pero supongo que esto quiere decir que la dramaturgia es buena. Y los planetas giran alrededor del sol.
Aquí van los CVs de Das paradies experiment: (+ info)
Vero Araúzo –Actriz- (Madrid, 1974): La encontré detrás de la barra de un bar en una callejuela anegada de meados. No me hacía ningún caso. Un día me invitó a su casa a comer. Las paredes pintadas de rojo estaban cubiertas de fotos arrancadas de revistas en las que posaban chulos de grandes pollas. Comimos algo que no recuerdo pero que no era muy bueno. Fuimos a la cama, me arrodillé delante de su sexo, lo olí y me recordó al jamón en dulce. Nunca pensé que las pollas tuvieran olor. La chupé y luego la penetré hasta que nos corrimos. Por la noche fuimos a una discoteca hip-hop y bailamos mucho. Yo tenía los ojos cerrados pero imaginaba la cara de los chicos de gorras de los New York Yankees.
Margalida Riera –Actriz- (Palma, 1983): No venía nunca a clase pero me pidió asistir a los ensayos de Das Paradies Experiment. Le dije que si quería estar en la obra tendría que trabajar y que yo la explotaría. Se encargaba de estar en contacto con la gente del Lliure, de comprar las cervezas y los ganchitos para el ensayo y un día trajo una ensaimada. Luego se puso a hacer de actriz. Creo que debe de tener unos pechos muy bonitos.
Max Glaenzel y Estel Cristiá –Escenógrafos-: Los tenía vistos del barrio. Les encanta ir a mercadillos de viejo igual que a mí.Y me llevan a hangares de venta de moqueta en el Vallés en los que encontramos cosas y personas tan bonitas que merecen que se haga un espectáculo sólo para poder observarlas. Les pedí que hicieran la escenografía de Amnesia de Fuga y funcionó. Les pedí que hicieran por dos veces la de Tot és Perfecte y funcionaron. Vaya, que nos entendemos.
Roger Bernat –Director- (Barcelona, 1968): Una tarde de 1993 mi novia me dijo que tenía que estudiar teatro. Así lo hice.
Hoy es vuestra última oportunidad. A las 18:30 en el Lliure.