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Benji

jueves, enero 5th, 2006

Os presento al hombre que me lo enseñó todo sobre sexo: Benji. Con él tuve mi primer orgasmo (!!!) a la vergonzosa edad de… 23 años! Empezaré por el principio. Valencia, calle Sueca. Yo acababa de volver de Frankfurt donde había pasado un invierno viviendo entre un camión y un bauwagen (son vagones de madera que se usan en la construcción y se reciclan para vivir). Acababa de terminar una tortuosa historia sentimental con el dueño del camión y con una forma de vida. Me sentía perdida en Valencia, con tantas macetas llenas de flores, tanto sol y tan buen rollo. Un buen día apareció Benji, tan suizo (de Zurich, por cierto), tan rubio, con esa carita de niño pijo (siempre he tenido una debilidad por los niños bien), tan limpito y tan ex yonki… hacia 6 meses que había dejado la heroína. Tenía el record en Zurich de ser el adolescente que más veces había tenido una sobredosis, la primera con 13 añitos. Y es que yo siempre he tenido la teoría de que la gente a la que le gustan mucho las drogas son buenos amantes. Cosas mías.

Benji tenía la rara habilidad, nunca encontré algo igual, de poder encadenar un polvo con otro durante toda la noche. Se quitaba un condón y se ponía otro. Y daban igual mis quejas y mis súplicas de pausas, siempre conseguía convencerme. Durante aquella época yo tenía una pinta horrible, con unas ojeras negras y profundas y ese aire medio gilipollas que tiene uno cuando no ha pegado ojo y lleva toda la noche follando.

Tengo el recuerdo de Águeda suplicandole que esa noche me dejara dormir un poco porque tenía muy mala cara y de paso que dejara dormir al resto de la casa, porque por aquel entonces vivíamos juntas, las paredes eran finas y a mí me gusta gritar. Fue en una de esas noches cuando me di cuenta de que lo que yo inocentemente creía que era un orgasmo, no era más que un simulacro. Durante bastante tiempo no supe darme cuenta de cual era el secreto del éxito de Benji, pero con la práctica descubrí que se trataba de una combinación de un ritmo muuuy lento y una presión constante y firme sobre mi clítoris. Con el tiempo he aprendido a tener orgasmos con casi cualquier pareja, aunque nunca con mujeres, por cierto.

Cuanto le echo de menos. Terminamos porque no teníamos nada de que hablar y no compartíamos nada salvo la cama. Yo me fui a Paris y en un rapto de desesperación corrí a buscarle a un pequeño pueblo en Suiza, a la casa de sus abuelos, donde pasé un par de semanas rodeada de nieve y de donde escapé en el primer tren cuando me propuso matrimonio.

No se nada de él desde entonces, pero a veces me escribe un mail a mi antigua dirección y me envía alguna foto. Me envío ésta hace un par de semanas contándome que ahora vive en Canadá y que ha tenido una niña que se llama Rebecca. Hoy pensé en él cuando me atendió en el banco un joven rubio y gordito, con ese aire angelical que tanto me ponía en Benji. He mirado con ojos lascivos al joven banquero y me ha parecido que se turbaba. Por un momento he tenido la tentación de llevármelo al huerto, pero sólo me faltaba eso, liarme con el empleado del banco de mi abuela…

Zurich world´s end

jueves, enero 5th, 2006

La salvaje Eliana vuelve a su tierra natal desde la fría, congelada y nevada Alemania para montar un show sangriento y macabro que me hace pensar en el artículo sobre Carrie de Ana Elena Pena y en las conexiones entre el trabajo de ambas.