girlswholikeporno

Buscaba juguetitos, pero claro es mucho más interesante su uso. Brutal!

International Women’s SM/Leather Conference
Del 29 de Septiembre al 1 de Octubre.

Yo nado en mi contradicción y a pesar de todas las críticas que tengo con respecto a la festivalitis, me muero por ir. Sólo de pensarlo me da un morbo que me tiemblan las rodillas. Es la excitación de lo desconocido pero no absolutamente desconocido, porque hace unos meses tuvimos el placer de conocer a dos mistress asiduas del evento. Ellas me explicaron algunas cosas.

Una sumisa no es una mujer objeto, sin iniciativa ni voluntad, que llega a manos de una ama todopoderosa, que sabe como hacerla temblar de placer. Esto sería la versión consumista en las que nuestras sociedades de compra y venta nos tienen educadas. Una buena sumisa tiene que armarse de valor y enfrentarse a sus fantasías sexuales. Reconocerlas sin miedo y pensar con claridad cuales de ellas son sólo fantasías que no quieres que vayan más allá de tu imaginación, y cuales de ellas te atreverías a llevar a cabo, a explorar junto con otra persona.

Son fantasías de dominación, pones tu voluntad en manos de otra persona, le das tu voluntad y ella la coge. Una buena ama, tiene que estar pendiente de cada respiración de su sumisa, es responsable de llevarla por donde haya abierto la puerta…, pero ésto es sólo el principio.

Ya está aquí ! Ya llegó! La primera edición del Festival Tranzmarikabollo en Barcelona. El Jueves 14 cocktail, perfomance y cancaneo en Telenoika. El 15 y 16, hasta tres sesiones de videos de temática sexual extraviada en Hangar. Precios populares y la pasta va para los casos legales represivos de Barcelona del año pasado.

Toda la programación con breves y cachondas sinopsis aquí >>

Me encantaría haberme quedado en Tel Aviv para el taller teórico-práctico, sobre la eyaculación femenina, con Shanon Bell, para terminar de romperme la cabeza con contrastes existenciales. La palabra femenina y eyaculación juntas, resulta bastante chistosa. Tiene que ver con todas estas cosas médicas de los cuerpos de las mujeres, que siempre descubren los hombres y les ponen su nombre: el punto G (Grafender), las glandulas Skene, o para entendernos, la próstata femenina y que luego los americanos te hacen un manual de como llegar al punto G en diez fáciles pasos y todo así, como si fueramos todos tontos pero muy civilizados. No sé, yo sigo creyendo que las cosas podrían ser de otra manera, pero mientras tanto aqui tienes un instructivo y bien documentado artículo, que aumentará tu placer sexual y te abrirá la puerta del conocimiento cientifico-médico del punto G y la eyaculación vaginal. Si, la eyaculación de las mujeres mola mogollón.

Cuando elegí el nombre de missbragas, en realidad quería ponerme missbragasmojadas, porque tengo un sentido del humor un poco así bizarrín, guarro adolescente o yo que sé. Pero sobre lo que tengo es una gran fobia, cultivada a lo largo de los años, hacia la normalización vital de manuales americanos, en los que te dicen que todo es tan normal, sano, natural y que hay que luchar tan fieramente contra todos esos complejos y traumas que no te dejan realizarte plenamente que luego te crees que eres el centro del universo. A mí ésto no me gusta, ni gracia me hace. Tengo la sensación de que con estos mismos buenos modos te convierten en un gilipollas y te justifican luego cualquier barvaridad. Me suena a daño colateral.

Como a muchos, me gusta reírme de lo guarro, me gusta el morbo de bajar unas bragas color carne debajo de la bata delante de la pica mientras estás fregando. Lo que siempre nos han enseñado que era guarro, es divertido. Porque ya no eres una niña, pero a veces sigues transgrediendo como una niña y es muy divertido y si ya no te hace gracia, pues a hacer el guarro sin complejos. El eslogan haz el amor y la guarra, me pone mucho más que haz el amor y practica el sexo tántrico y odio este camino de crecimiento personal, y aprendizaje tutelado. Creo que tengo complejo de guarra, pero no quiero curarme.

El próximo 15 de octubre tendremos el gusto y el placer de hacer una presentación de girlswholikeporno en el symposium organizado por Tim Stüttgen en colaboración con el PornFilmfestivalBerlin. Compartimos honores con Matteo Pasquinelli, de nuevo, después de la Netporn Conference en Amsterdam el pasado año.

Tim está preparando una web con toda la información del symposium: postpornpolitics.

Esta última semana he tenido la ocasión de ver dos películas clásicas en la construcción de los estereotipos hombre-mujer actuales: el Zorro, con Catherine Z. Jones y Piratas del Caribe, con Keira Knightley. Es lo que tiene viajar y pasar tiempo en los barcos, que acabas en el cine a bordo ante joyas que no se olvidan fácilmente.
En ambas el personaje femenino es el objeto a salvar por el macho, ellas se encargan tan sólo de ser bellas y… de pelearse un poco con la espada. Eso sí, previa justificación ante el sorprendido contrincante, la niña ha recibido clases de espada desde su infancia. Ja!

Bienvenidos al nuevo estereotipo de mujer, mucho más letal que el anterior. Porque nada ha cambiado, el papel es el mismo de siempre, pero ahora ella toma clases. Me enfada. Mucho. Porque vende una mentira a las niñas que van al cine a ver la película. No basta con tomar dos clases por semana desde los 5 años para ser bueno en algo. Además hay que practicar. Y los ridículos personajes de estas películas no tienen la ocasión de hacerlo, porque son los chicos los que luchan cada día, los que practican cada día.

Pondré un ejemplo arriesgado. En mi adolescencia tuve la suerte de tomar clases de windsurf, tras lo cual busqué compañeros con los que practicar tan lujoso deporte. Ay de mí! Todo chicos, que veían en mí a una chica con quién ligar y punto. Las chicas con las que me encontré veían a una competidora, en el agua y en la arena. Sóla te aburres, es complicado y no mejoras. Así que como mujer no se me privaba del acceso al conocimiento pero sí de la posibilidad de ponerlo en práctica. Y sucedió con más deportes.

Por eso me enfadan estas películas, porque la mentira que venden simplemente les lava la cara: «Oh, no, no es una película sexista, mira, ella lucha igual que él!» y no cambian nada, no plantean nada y sirven para mantener los viejos estereotipos. Menos mal que existe KillBill.