Sólo para fetichistas del sexo en los lavabos. Este sábado, en Roma.
En los lavabos o donde haga falta. Esta tarde, esta noche, cuando sea, en Barcelona. Con toda la tensión de estas últimas semanas acabo de caer en la cuenta de que no pego un polvo desde hace casi un mes. Con razón estoy nerviosa, irritable e insomne. Me ponen hasta esas dos moscas en el meadero. Tengo 48 horas antes de la performance del sábado.
Las jornadas se dividen en cuatro fines de semana. El primero ha sido el de identidades. Hemos debatido, charlado y reflexionado sobre los encuentros y desencuentros entre la lucha queer y la lucha feminista. Para mí son dos luchas básicas que para nada se contraponen. La lucha feminista es necesaria en la sociedad en la que vivimos. Estamos socializadas como mujeres y como mujeres tenemos que luchar para hacer oir nuestras voces y rebelarnos contra el sexismo.
El movimiento queer me ha dado la oportunidad de no encasillarme en dicotomías. Somos mucho más que las etiquetas que nos quieren meter: mujer, blanca, española, heterosexual. Yo no soy mujer, ni blanca, ni española, ni heterosexual. Aunque tenga que llevar encima de mí cada día un trozo de cartón en mi bolsillo donde lo ponga. Nuestra identidad va mucho más allá. Yo tengo tetas y coño, pero eso no me convierte en mujer. Mi piel es clara, pero el concepto de raza es una invención creada por unos pocos para discriminar a otros muchos. La nacionalidad tiene que ver con los estados y yo vivo en este pedazo del mundo pero reniego de las estructuras de poder que nos amenazan. Y mi opción sexual no es única, me gustan las personas, con tetas a veces, con pollas otras, y con todo junto también me gustan. No soy lesbiana, ni hetero, ni bi. Y no quiero que nadie se empeñe en ponerme una etiqueta.
El sábado por la mañana hicimos el taller sobre pornografía y feminismo. Fue un gusto debatir con un grupo de mujeres feministas sobre la pornografía, un género tan monopolizado por los hombres, tan contaminado de sexismo. Y reapropiarnoslo. Nosotras podemos hacer nuestra propia pornografía. Y lo intentamos al final del taller. Cogimos la cámara y nos pusimos manos a la obra. Surgieros varias ideas y grabamos material estupendo. Me quedé con ganas de más: unas jornadas de pornografía y feminismo en Barcelona en primavera el año que viene. En primavera, para no resfríarnos cuando grabemos escenas ligeritas de ropa.
Gracias a todas las mujeres que participaron en el taller. Gracias por la críticas necesarías para evolucionar y mejorar. Os enviaremos las pelis la semana que viene. Gracias a la organización por cuidarnos tan bien y a La Mandrágora por darnos de comer esos platos veganos exquisitos. Gracias a todas las personas con las que compartimos charlas y reflexiones. A ver si podemos pasarnos por Valencia otro fin de semana para seguir!
