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En la revista Tip, una especie de Time Out Berlin pero más completa, han publicado este mes una entrevista de Girlswholikeporno con motivo de su paso por el PornFilmFestivalBerlin. El título del artículo es «Keine Angst vorm Wichser» que quiere decir algo como «No tenemos miedo de los mirones». Y puesto un poco más crudo, sería algo tipo «No nos importa que cualquiera se pajee mirando nuestras fotos». Y uno de los comentarios destacados es una afirmación en la que expongo que el hecho de que alguien se pueda pajear con Keira Knightley no lleva a la pregunta si debería dejar su profesión de actriz.

El comentario viene a cuento por una de las preguntas que nos hizo nuestro simpático entrevistador y que casualmente es una de las preguntas que con más frecuencia se nos hace, sobre todo en entornos feministas:
-No os disgusta que cualquier persona pueda hacerse pajas a vuestra costa?

La respuesta, sin duda, es que no. No, no y no. Águeda sostiene siempre que no tiene nada de malo hacerse pajas y que esa pregunta tiene implícito el considerar el sexo en solitario como algo malo y sucio. Yo añadiría que el simple hecho de exponerse en público conlleva ese riesgo, o mejor dicho, esa posiblidad.

Yo siempre tengo fantasías con mis entrenadores de natación, por el simple hecho de mirarles desde abajo, desde el agua, jadeando. Ellos están arriba, tranquilos, observándote y diciendote cómo tienes que moverte. Por otra parte, procuro no perderme nunca las conferencias y presentaciones públicas que da mi compañero de sábanas, porque mi deseo hacia él se multiplica por 1000 cuando le veo en el escenario, inaccesible, aunque sea sólo durante 45 minutos. Toda la artificialidad de la situación, la tensión de la exposición pública potencian mi deseo y el de muchos.

Las pruebas deportivas televisadas, tiene también una fuerte carga sexual. Mis favoritas son las competiciones de natación, con esos planos submarinos, con esos bañadores pegados al cuerpo, la silicona de los gorros, el brillo del agua en los cuerpos.

Los actores exponen sus cuerpos ante el público, y la creciente sexualización de las actrices en el cine las lleva a posicionarse como objetos masturbatorios bajo la batuta del director decine, que con frecuencia es un hombre y marca sus propias reglas. Hace poco leía un comentario de la actriz Meryl Streep refiriéndose a la abusiva sexualización de las actrices, que deben ser muy jóvenes, muy guapas y muy sexies para tener un papel en la industria del cine. Aquí sí que me enfado. Porque de nuevo son los jefecillos de la industria cinematográfica los que marcan las pautas y llenan de sexismo las pantallas.

Con Girlswholikeporno vamos directamente al grano: nuestro tema es la sexualidad y el objetivo es crear imágenes pornográficas. Pero nosotras decidimos cómo queremos crear esas imágenes y tenemos el control en todo momento. No trabajamos para nadie y esa libertad nos permite jugar y crear nuestras propias imágenes porno, que no tienen por qué encajar en ninguna categoría de porno.

Normalmente nos filmamos a nosotras mismas, pero ésto es una cuestión de practicidad: es más sencillo grabarme a mí misma que grabar a otra persona, porque yo tengo los derechos sobre mi propia imagen y no tengo que negociar cómo y dónde se van a exhibir esas imágenes. Y no nos da miedo que alguien se pajee con ellas, más bien placer, porque no tiene nada de malo pajearse y porque preferimos correr el riesgo del mal uso de nuestros videos, que encerrarnos en casa y no hacer lo que queremos.

La exposición de tu persona ante un público, el que sea, real o virtual, pone en juego los elementos necesarios para que al ver y ser vista, pueda haber una sexualización de la mirada, que puede llevar a una excitación sexual, que puede acabar en una paja.

Keira Knightley.