Hamburg, St Pauli
sábado, febrero 3rd, 2007Como en Berlin ahora mismo no tengo ni habitación, ni conexión a internet, ni en consecuencia orgullo alguno, me he venido unos días a Hamburg, donde disfruto de una deliciosa vista sobre el puerto y de una conexión impecable. Además, la casa, una vieja okupa legalizada al estilo alemán, está en el barrio rojo y más concretamente en la zona trans. Así que cuando bajo a por tofu fresco cada mañana me encuentro con personas vestidas de hombre pero con el rostro a medio maquillar, o a medio desmaquillar, según se mire. Los restos de carmín o las cejas depiladas revelan unas noches mucho más divertidas e interesantes de lo que las frías mañanas de St Pauli ofrecen.
Ayer cogimos un tren a Bremen para asistir a una de esas inauguraciones de universidad de arte, algo que sonaba como proyecto final de carrera de Bellas Artes pero a lo alemán. Era bastante parecido a las inauguraciones de Valencia en mis años de facultad, sólo que el vino era a un euro la copa y no había tortilla de patatas sino palitos salados. Lo que más me gustó de la exposición fue una chica con el pelo corto que se paseaba taciturna con las manos en los bolsillos. Llevaba un traje chaqueta de hombre, con chaleco incluído y parecía el mismísimo Baudelaire reencarnado en ángel.
El ángel se prestó amablemente a una improvisada sesión fotográfica que duró horas y que inspiró a otros participantes de la exposición a sacar sus cámaras digitales y posar con actitudes lascivas. Ahora estoy muerta de impaciencia porque le he enviado las fotos y estoy esperando su aprobación para poder publicarlas.
Se llama Noah.